Erosión Funcional

Erosión Funcional con título

Hace unos años mis padres me regalaron una cámara fotográfica réflex y con el paso del tiempo he ido descubriendo cosas de la fotografía que me atraían más que otras. Desde siempre me ha encantado el entorno natural, la fotografía paisajística y macro, por los intensos colores que desprende la naturaleza, la luz instantánea que el entorno puede ofrecer en un momento fugaz, y de ahí que me guste inmortalizar esos instantes.

Un viaje a Suiza que realicé hace unos años me dio una perspectiva totalmente diferente a la de España. Allí sentía mucha más libertad al hacer una fotografía ya que no habían casi elementos o contaminaciones visuales humanas que rompieran el encanto natural. Acostumbrado a España, concretamente a los paisajes de Murcia, siempre había algún tipo de contaminación visual o de otro tipo que rompían la estética natural y virgen del entorno.

El ser humano siempre anda conquistando paisajes dejando su huella permanentemente, como un animal territorial que mueve y toca de aquí a allá para beneficio propio. El egoísmo natural, la supervivencia y el afán por destacar y evitar los baches que la naturaleza le impone a la raza humana. De este modo, me he dispuesto a hacer un cuaderno de campo sobre esta temática. Pretendo reflejar el egoísmo humano funcionalizando la naturaleza para bien propio, sin que importe lo demás (seres vivos).

La obra fotográfica pretende dar un enfoque crítico a la sociedad contaminante, a la conquista de todos los medios que ofrece el planeta, sin respeto, sin cordura y egoístamente. Quiero concienciar de que las imágenes que he realizado son meras representaciones de la realidad, no existen. Pueden provocar sensaciones de paz o hasta tristeza, tal y como se conciba al fotografía, de una naturaleza inexistente.

La superpoblación humana en la Tierra va en aumento, mientras de cientos de especies de extinguen anualmente. Este ritmo frenético tendrá algún día graves consecuencias comparadas con las que ya podemos ver. La capacidad de destrucción tan veloz que posee el ser humano, provoca destrucciones de ecosistemas que tardaron hasta miles o millones de años en formarse. Cuando la sociedad sea consciente del grave peligro que supone el ser humano actual para el planeta, ya habremos perdido gran parte de la riqueza natural. Todo lo destruido se regenerará con cientos, miles y millones de años, que tal vez ni existamos. Mientras tanto, seguiremos viviendo en nuestro mundo erosionado representativo, y funcionalizado egoístamente, de ilusión ficticia.